El QUÉ del POR QUÉ

¿QUE POR QUÉ este blog? PORQUE la empresa comunicativa e informativa tiene algo QUE decir, PORQUE en su estructura nada es casualidad y sus componentes (periodistas) van más allá de la realidad, buscando respuestasa a todos los interrogantes. La tecnología se ha convertido en el trampolín hacia la información, QUE compone una sociedad en sí. Los medios de comunícación ahora son actores ideológicos y nosotros, ¿QUÉ somos nosotros? Somos un pack, los destinatarios de los mensajes comunicativos, a veces protagonistas de los mismos, y en ocasiones, emisarios y autores de la información.

PORQUE puede suponer una selva de contenidos todo este mundo de la empresa comunicativa, es por lo QUE nace este blog. Bienvenido.

miércoles, 19 de enero de 2011

Conclusiones informativas: la postura bifronte

Las tres libertades clásicas de la información son: libertad de fuentes, libertad de industrialización y libertad de difusión. Toda restricción, limitación, obstáculo o condición que se imponga o afecte a estas libertades menoscaba y altera sustancialmente la función pública de informar que ha de cumplir escrupulosamente el sujeto organizado de la información o empresa informativa. La empresa periodística sigue siendo hoy paradigma de concepción, explotación, influencia y difusión del género empresarial informativo. Al hilo de experiencias contrastadas en este ámbito, dentro y fuera de nuestras fronteras, entre las que el Rapport Vedel ocupa un lugar de primer orden, importa poner de relieve tres conclusiones deducidas de la discusión científica y práctica:



1) La libertad de prensa no debe entenderse como una pura libertad teórica ni como una obligación para la sociedad civil de mantener empresas periodísticas con escasos lectores, o sin ellos. Tal libertad se identifica con la posibilidad de que la información llegue a su público sin trabas ni censuras, y además, supone derechos y garantías para quienes trabajan profesionalmente en la búsqueda, selección y tratamiento de la información.


2) La independencia de la prensa debe asegurarse tanto respecto a los poderes públicos, como a las maniobras financieras o a la influencia extranjera; en suma, frente a todo grupo de presión. Este aserto no significa en modo alguno que la empresa de prensa deba vivir sin recursos financieros propios, ni conseguir beneficios, o permanecer ajena a las reglas ordinarias de explotación empresarial. Lo que se pretende afirmar es que ni los periodistas ni los lectores pueden ser tratados como puras mercancías, y, por consiguiente, no puede negociarse con ellos. Los cambios de titularidad o de dominio de las empresas periodísticas, las participaciones mayoritarias en su capital social, las transacciones, etc., deben ser transparentes y nítidas, y siempre bajo el amparo de una legislación previsora que permita el control y aceptación de aquellas medidas transformadoras.



3) El pluralismo implica variedad de contenidos informativos, y, por tanto, de principios editoriales, amén de abundantes o, al menos, suficientes órganos informativos que canalicen aquella variedad. Por ello, el pluralismo de la prensa debe ser defendido contra cualquier forma de monopolio ideológico o financiero.



Reflexionando sobre estas consideraciones, cabe añadir que la libertad de información adopta una postura bifronte: de un lado, es una forma particular de la libertad de expresión y de comunicación; de otro, es una de las condiciones del juego democrático, sin la cual las instituciones políticas fundamentales —sufragio, representación, responsabilidades políticas— quedarían en su mayor parte vacías de contenido. Debe advertirse, además, que el debate democrático no es solamente el debate político, sino el social y cultural en su más amplio sentido. La libertad de información no se entiende si el derecho a editar o producir, y a difundir informaciones, no lleva aparejado las posibilidades efectivas de su realización práctica.



Informar pueda contar con los medios adecuados suministrados gratuitamente por la comunidad social en que se insertan. Pese a ello hay que recordar el derecho del público a ser informado limpia y correctamente, sin manipulaciones. Si la información no es un mero producto mercantil, el mecanismo del mercado informativo es, sin embargo, uno de los reguladores que aseguran su calidad y utilidad. La sociedad civil no tiene la obligación de sostener, ni mucho menos fundar, empresas informativas aparentemente bienintencionadas, pero que no cuenten con lectores ni otros consumidores de bienes informativos. Mas el debate democrático no puede estar sometido a las leyes del mercado. De ahí que la ayuda del Estado a los medios informativos no pueda ser considerada como un privilegio, sino como un factor corrector del juego del mercado, que permita esclarecer y servir al debate democrático, evitando su oscurecimiento o asfixia. La realidad que ofrece actualmente el mundo empresarial de la información confirma el valor de institución social que ostenta el fenómeno informativo. Cada vez más frecuentemente, los empresarios de la información se alejan de aquella idea que estimaba el producto informativo sólo como mercancía, y van aceptando que la información constituye un verdadero servicio a la sociedad. Es decir, en palabras de Nieto, se van alejando del papel de mercaderes de noticias, para encarnar progresivamente su misión de organizadores de medios de comunicación social para la difusión de informaciones e ideas, en cumplimiento de aquel mandato social que antes veíamos. Esta tendencia ha tomado carta de naturaleza en círculos científicos y de investigación de esos fenómenos. Así, el Rapport Linden, por ejemplo, expresa por una parte su convicción de que la prensa desempeña una función de interés general, y por otra, se muestra solidario con la declaración formulada por la Federación Francesa de Sociedades de Redactores en la que se proclamaba que informar a los ciudadanos constituye un verdadero servicio de interés público.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario, Laura.

    Muy bueno tu laticismo, lo aplicaré.

    Cuidate.

    ResponderEliminar